Creado en Francia por Philippe Souchard en el año 1980, se basa en tres principios fundamentales: INDIVIDUALIDAD, CAUSALIDAD Y GLOBALIDAD.
Cada ser humano es único e indivisible, nos organizamos y funcionamos de diferentes maneras a lo largo de toda la vida; y cuando nos enfermamos respondemos a los tratamientos de diferentes formas. Por eso hablamos de “enfermos” y NO de “enfermedades” (INDIVIDUALIDAD).
La mayoría de las veces las lesiones se manifiestan alejadas o sin relación aparente con su origen (causa), debido a múltiples mecanismos de defensa y compensación, que se instalan para permitirle al cuerpo realizar sus funciones sin dolor (“el hombre está dispuesto a todo para no sufrir” P. Souchard). Por eso el tratamiento busca partir desde la sintomatología (como una consecuencia) para llegar a encontrar la causa de la patología (CAUSALIDAD).
Toda corrección debe hacerse simultáneamente en las diferentes partes del cuerpo involucradas, para evitar los mecanismos de compensación. (GLOBALIDAD)